Por Raudel Ávila

“¡Caballero con los hombres!, ¡Galante con las mujeres!, ¡Tierno con los niños!, ¡Implacable con los malvados! ¡Así es… Kalimán, el hombre increíble!” Con esas palabras arrancaba la radionovela Kalimán, el hombre increíble, cuyos episodios se pueden escuchar actualmente en Youtube. Kalimán fue un personaje predilecto de muchísimos mexicanos en las décadas de 1960 y 1970, tanto así que saltó del radio a la más exitosa historieta de superhéroes creada en México. La popularidad y las ventas de Kalimán superaban las de Chanoc, Tawa el Hombre Gacela y Alma Grande. Remy Bastien, gran promotor de historietas en el mundo de habla hispana y traductor de Marvel Comics al español durante muchos años, se expresa con respeto del éxito del hombre increíble. El asombroso hombre araña, publicado por Novedades Editores en la década de 1980 llegó a vender setenta mil ejemplares semanales en México, pero según Remy, Kaliman ya en los años ochenta superaba los 700 mil ejemplares cada semana.

Kalimán fue creado por Rafael Cutberto Navarro y Modesto Vázquez González. Llevado a otros medios, también conoció el éxito cinematográfico, pero los niveles de venta de sus revistas resultan envidiables para cualquier publicación. Acabo de concluir la lectura de El origen de Kalimán, “El legado de Kali” número 1, un rediseño y relanzamiento completo del personaje por editorial Kamite. El resultado ilusiona. El dibujo de Roberto Castro es excepcional, las tintas y el manejo del color aún mejores. Las escenas de acción están muy logradas. El guión de José Vázquez Morejón es de primerísimo nivel y los diálogos se conectan muy bien con el lenguaje utilizado en las revistas originales. No le pide nada a la competencia estadounidense, sino que se deja contagiar de sus mejores tendencias para mezclarlas con un gran talento local. En suma, produce un comic sólido y con méritos propios en la gigantesca industria contemporánea de los superhéroes.

D598gLBWkAE3HbxEl responsable de este relanzamiento es Edgar David Aguilera, director de la compañía Superhéroes. Merece una felicitación no solamente por motivos nacionalistas, al inyectar renovados bríos a la industria del cómic mexicano y dar oportunidad a otras figuras del medio, sino porque su producto es magnífico hasta en la calidad del papel, abriendo el apetito para los coleccionistas. Este relanzamiento empieza por el origen mismo del superhéroe, refiriendo la historia detrás de sus poderes. Ahí vemos a Sundari, una hermosísima y sabia mujer de la India junto con Raymond Quatermain, el intrépido explorador y arqueólogo británico, los padres del futuro Kalimán. Raymond tiene una cercana semejanza visual y de carácter con Allan Quatermain, el protagonista de Las minas del rey Salomón y otras novelas de aventuras de H. Rider Haggard. Supongo que el apellido no es accidental. Ignoro si se trata de un homenaje o más adelante descubriremos que están emparentados.

Los papás de Kalimán deben enfrentar al diabólico Mahakaalam al tiempo que sirven a la diosa Kali. En el camino, evidentemente habrán de enamorarse y luego engendrarán a Kalimán. Pero ¿quién es Kalimán? La misma revista nos informa que “Kalimán es el héroe que cualquier ser humano podría ser con el absoluto control de mente, cuerpo y espíritu. Su premisa básica es anteponer a la fuerza bruta y el materialismo sensual, el poder inconmensurable de la mente humana.” Kalimán, el hombre increíble, es un sabio y hombre de profundas inclinaciones espirituales que simultáneamente goza de una envidiable condición atlética y destreza invencible en las artes marciales.

Como todas las grandes historietas, el éxito se explica no nada más por el protagonista, sino por su elenco de reparto. Regularmente, el hombre increíble solía estar acompañado del fiel Solín, quien todavía no figura en las nuevas aventuras de Kalimán. Es deseable y esperable que pronto lo incorporen. “Serenidad y paciencia, Solín” le recomendaba siempre el héroe a su joven discípulo y protegido. Juntos viajan por los lugares más extravagantes y fascinantes de la Tierra, combatiendo toda suerte de rufianes.

Quizá es nostalgia o algo parecido, pero me es imposible disociar los cómics de Kalimán del viejo mercado Corona, el baratillo y el tianguis de Santa Tere en Guadalajara, donde mi tía Paula me llevaba a comprar historietas viejas. Ahí, en medio del amontonamiento de revistas de Teleguía, Vanidades o Tv y Novelas, encontraba lo que me interesaba y me llevaba cargamentos de cómics de superhéroes, entre ellos, las fascinantes ilustraciones en tinta sepia de Kalimán (Ojalá que también produzcan algunas nuevas historias en esos colores.) “Le dejo esos 50 cuentos por 100 pesos” le decía el vendedor a mi tía. Ella, implacable, respondía invirtiendo la propuesta “No soy turista. Le doy 50 pesos por 100 revistas. Usted se quiere deshacer de ellas y mi sobrino las va a disfrutar.” Incluso recuerdo unas recopilaciones en pasta blanda de historias completas, varios números de Kalimán en un solo tomo para que el lector pudiera disfrutar entera alguna saga.

D5qksi5WAAAiRSC

En fin, Kalimán está de vuelta y hay que celebrarlo. Tiene un gran potencial y ojalá sirviera para reanimar la industria del cómic de superhéroes en nuestro país. Si Aguilera tiene éxito con el nuevo Kalimán, ojalá se anime a revivir a Tawa el hombre Gacela o Alma Grande. La radionovela de superhéroes mexicanos podría desplegar una nueva vitalidad en la era de los podcasts, cuando la gente hace ejercicio escuchando larguísimas grabaciones en diminutos audífonos que no estorban su actividad física. Con los recursos tecnológicos de las nuevas computadoras, es interesante imaginar las posibilidades de efectos especiales que podrían crear para Kalimán.

El regreso de Kalimán es una gran noticia para los aficionados a las historietas, para quienes disfrutamos el buen cómic de acción y aventura. No obstante, puede y debe ser una mejor noticia para la reactivación económica del país, por todas las alternativas de comercialización abiertas a la generación de empleos ligados con Kalimán. Hace un par de semanas, la revista Proceso informó que la UNAM abrió un catálogo digital de historietas mexicanas con un archivo de más de 1400 revistas para consulta gratuita. Aguilera tiene ahí un museo para inspirarse y crear un universo mexicano al estilo de los superhéroes Marvel o DC. Se podrían producir playeras, vasos, gorras, líneas de figuras de acción, protectores de pantalla, películas, fondos de escritorio, posters y un sinfín de artículos para explotación de los superhéroes mexicanos. Podría relanzar a los que ya existían y crear algunos nuevos. No faltarían los ingenieros mexicanos interesados en producir el primer videojuego de Kalimán, el hombre increíble. “Quien domina la mente, lo domina todo” decía Kalimán. Editorial Kamite y Kalimán ya dominan la imaginación de numerosos coleccionistas a quienes nos entusiasmaron con su nueva propuesta. Ojalá pronto empiecen a dominar el mercado.

Por Arturo Rodriguez García

Creador del proyecto Notas Sin Pauta. Es además, reportero en el Semanario Proceso; realiza cápsulas de opinión en Grupo Fórmula y es podcaster en Convoy Network. Autor de los libros NL. Los traficantes del poder (Oficio EdicionEs. 2009), El regreso autoritario del PRI (Grigalbo. 2015) y Ecos del 68 (Proceso Ediciones. 2018).

Deja un comentario

0
    0
    Tu carrito
    Tu carrito está vacíoRegresar para ver