DE UN MUNDO RARO

Por Miguel Ángel Isidro

Sobra decir que el 2021 será un año complicado a nivel mundial.

Todas las expectativas están fijadas en torno a la eventual aplicación masiva de varios tipos de vacuna contra el COVID19, en espera de que esto permita una gradual reincorporación a la vida de “normalidad” que conocíamos antes de marzo del presente año.

Esto implicaría una auténtica reingeniería de diversos protocolos sociales; en lo laboral, en lo educativo, en la cotidiana convivencia. Un eventual levantamiento de la alerta sanitaria implicará “re-educarnos” como sociedad.

Pero por si alguna cosa hiciera falta para complicar éste escenario, en México se celebrarán elecciones intermedias, que prácticamente en la mitad del país serán concurrentes: es decir, la elección federal para la renovación de la Cámara de Diputados coincidirá con procesos locales para la elección de gobernadores, alcaldes y diputados locales. A ello habría que agregar la posibilidad de que previo a este proceso, pudiera celebrarse una gran consulta nacional, como la que ha propuesto el Presidente Andrés Manuel en torno a la posibilidad de investigar y someter a procesos legales a ex presidentes por presuntos casos de corrupción, aunque con todo y el ruido que esa “gran idea” metería al ambiente comicial.

Lo cierto es que, así como en el entorno social nos hemos visto obligados a modificar nuestros usos y hábitos cotidianos en atención a la contingencia del coronavirus , sería muy deseable que en el terreno político, partidos y candidatos modificaran sustancialmente sus ya muy gastados métodos de proselitismo en congruencia no solo con las restricciones sanitarias, sino también en función de un indeseable elemento que estará presente en el entorno: una severa depresión económica.

Y es que a pesar de la manera despreocupada y alegre con la que el Presidente López Obrador miente diariamente con los datos de la economía y el empleo, la realidad internacional se opone rotundamente a la afirmación simplista de que “lo peor ya pasó”.

Es cuestión de simple lógica: no existe un interruptor o algún dispositivo mágico que reactive la economía por decreto. En un mundo globalizado, muchas de las dinámicas de la circulación del capital, principalmente en el area de los bienes y servicios -que en países como México, representan la mayor carga del flujo de dinero y fuerza laboral-, dependen de un ambiente de certidumbre y confianza, condiciones que la propia pandemia han mermado con severidad.

Los partidos políticos y sus dirigentes no pueden seguir comportándose como si fueran extra terrenales. La falta de empatía y congruencia ante la dura realidad que enfrentan los sectores más desfavorecidos de la sociedad llevó al viejo régimen al repudio electoral. Pero los que han prometido el “cambio” tampoco parecen estar aprendiendo la lección. Replican los viejos vicios, sólo cambiando a los protagonistas.

No podemos celebrar como un triunfo democrático el rechazo al registro de franquicias electoreras como México Libre o Redes Sociales Progresistas sólo por la mala reputación -ganada a pulso- de personajes como Felipe Calderón o Elba Esther Gordillo, sobre todo porque subyace la sospecha de que el Instituto Nacional Electoral (INE) tomó la decisión en aras de congraciarse con el Presidente. Porque mientras algunos festinaron el revés a Calderón, en nuestras narices se validó el registro del Partido Encuentro Solidario (PES), cuyo dirigente nacional Hugo Erick Flores Cervantes es reconocido públicamente como ministro de culto, al igual que varios de sus principales cuadros, mismos que han sido artífices y protectores, por ejemplo, de la poco transparente administración que encabeza como gobernador de Morelos el ex futbolista Cuauhtémoc Blanco, entidad en la que, por si fuera poco, Flores Cervantes funge como “superdelegado” a pesar de ser dirigente nacional de un partido político.

Tampoco es tolerable el hecho de que el primer ejecutivo federal aproveche su investidura y recursos oficiales para dirigir mensajes cargados de intencionalidad político electoral. ¿Qué hubieran opinado sus seguidores si en su momento el propio Calderón o Enrique Peña Nieto hubiesen dedicado mensajes oficiales a dirigir “recomendaciones” al actual mandatario sobre cómo encauzar su movimiento, cuando denunciaba presuntos fraudes electorales en su contra? 

Históricamente, partidos y candidatos en México han hecho campañas en base a la manipulación y el despilfarro de dinero, sea cual sea su procedencia. En el corto plazo no se avizora un cambio sustancial en sus métodos, y hemos tenido lamentables ejemplos , cómo ocurrió con el tianguis de curules que escenificaron el PT, el PRI y el PRD en el reciente cambio de la mesa directiva del congreso. Tampoco ayuda que el Presidente se quiera erigir a sí mismo en árbitro de la transparencia, minimizando los videos donde se aprecia a su hermano Pío recibiendo “aportaciones” en efectivo, pero al mismo tiempo, exigiendo al medio de comunicación que exhibió el escándalo a hacer público el origen de su financiamiento. ¿O será que en alguna de las cada vez más ociosas conferencias “mañaneras” conoceremos a detalle el contenido de “la biblia” de San Pío Apóstol?

Tampoco deja de preocupar el desorden exhibido por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en el proceso interno de renovación de su dirigencia. Si en este momento sus principales líderes son incapaces de llegar a un consenso en un tema tan fundamental… imagínese usted la carnicería que será el reparto de candidaturas para el proceso electoral 2021.

Ante este desolador panorama , a los ciudadanos no nos queda otra que reaprender cuál es nuestro papel en este proceso. Durante décadas, fuimos educados en una dinámica perversa, en la que a los políticos les movía el interés por contactar a las masas cada tres o seis años, para inmediatamente después de cada jornada electoral, mandarnos a nuestras casas y dejar a “papá gobierno” decidir y actuar por nosotros.

De nosotros depende y debe ser nuestra responsabilidad informarnos sobre la vida pública consultando la mayor cantidad de fuentes posibles, a fin de formarnos un criterio que nos permita eludir la guerra de ataques, recriminaciones y pretextos en que actualmente se encuentra inmersa la escena política nacional.

Los políticos nos siguen dando muestra que su verdadero interés está en acaparar posiciones de poder para salvaguardar sus intereses de partido o grupo. La ciudadanía sigue viviendo en un planeta muy, muy lejano del que habitan nuestros Padrotes y Madrotas de la Patria.

Estamos siendo dirigidos por una generación de políticos -y me refiero en general a todos los partidos- a los que los une una misma característica. Les encanta ser candidatos, pero les fastidia gobernar. Sobre todo si ello implica el ceder terreno en aras del consenso. reconocer errores o ejercer la autocrítica. Se escucha al pueblo sólo cuando se reciben porras y aplausos.

De no generarse un cambio radical en ese estado de cosas, el proceso electoral 2021 será solamente la antesala del caos.

Twitter: @miguelisidro

SOUNDTRACK PARA LA LECTURA 

Bazooko (México)

“Mi raza”

Los Prisioneros (Chile)

“Poder elegir”

Resorte (México)

“Opina o muere”

Ataque 77 (Argentina)

“Dales poder”

Por miguelaisidro

Periodista independiente radicado en EEUU. Más de 25 años de trayectoria en medios escritos, electrónicos; actividades académicas y servicio público. Busco transformar la Era de la Información en la Era de los Ciudadanos; toda ayuda para éste propósito siempre será bienvenida....

Deja un comentario

0
    0
    Tu carrito
    Tu carrito está vacíoRegresar para ver