Silvio RodrĂ­guez
Silvio RodrĂ­guez

En una serie de ensayos dedicados a los trovadores mås representativos del género es pråcticamente imposible no comenzar con Silvio Rodríguez. A pesar de que es uno de los trovadores mås conocidos, especialmente por su composición titulada Ojalå, aquella canción que todos nos hemos desgarrado cantåndole a un mal amor, pero ¿quién es realmente Silvio Rodríguez?

Fuera de aquellas y aquellos para los que el tĂ©rmino “comunismo” aun representa algo, pocas personas, hoy dĂ­a, saben que la tradiciĂłn de Silvio se remonta a Alemania; porque ninguna historia comienza en el inicio, sino antes. La de Silvio, como muchas otras, inicia por allĂĄ de 1848, con la primera publicaciĂłn del Manifiesto del Partido Comunista escrito por Karl Marx (1818-1883) y Friedrich Engels (1820-1895) por encargo de Liga Comunista.  Entonces nadie se imaginaba cĂłmo este enorme texto cambiarĂ­a la vida de millones de personas y al mundo como se conocĂ­a entonces.

En el Manifiesto del Partido Comunista se asientan las bases que despuĂ©s servirĂ­an de sustento para el marxismo y la economĂ­a marxista. En dicho texto se acuña el concepto de “lucha de clases”, plasmando dos papales antagĂłnicos: la burguesĂ­a vs el proletariado. AsĂ­ es, esta nociĂłn de la que en la actualidad todos podemos dar cuenta, era algo que absolutamente nadie notaba hasta que estos personajes se atrevieron a nombrarlo y, como por arte de magia, cobrĂł vida. Con los años, esta doctrina darĂ­a paso a un sistema polĂ­tico-econĂłmico denominado comunismo.

El comunismo se basa, grosso modo en la eliminaciĂłn de la propiedad privada, las diferencias entre clases sociales y en la apropiaciĂłn, por parte del estado, de los medios de producciĂłn para que este, a su vez, se encargara de la reparticiĂłn y distribuciĂłn equitativa de los bienes entre la poblaciĂłn. ÂżTe suena conocida la historia? Si no es asĂ­, dĂ©jame darte un ejemplo. En 1917 estalla la revoluciĂłn rusa con Vladimir Ilyich Lenin (1870-1924) al frente quien, durante este proceso, se consolidarĂ­a como el mĂĄximo dirigente de la UniĂłn de RepĂșblicas Socialistas SoviĂ©ticas (URSS). Creo que no es necesario hacer el recuento del enorme poder e influencia de la URSS en el momento de su apogeo y durante la Gran Guerra (1939-1945), asĂ­ como en los años que siguieron a este acontecimiento histĂłrico, incluida la construcciĂłn y caĂ­da del muro de BerlĂ­n.

Por aquellos años que finalizó la Segunda Guerra Mundial, Cuba seguía dominada por Estados Unidos al mismo tiempo que un joven de 18 años finalizaba el bachillerato que colocaría los antecedentes necesarios para que se instruyera en derecho, derecho diplomåtico y ciencias sociales. Sería en marzo de 1952, a la edad de 26 años que Fidel Alejandro Castro Ruz, acompañado de un grupo de jóvenes, protagonizaría el ataque al Cuartel Moncada que finalizaría en la independencia de Cuba.

Fidel Castro, tomarĂ­a el poder e instaurarĂ­a el sistema socio-polĂ­tico de moda, el comunismo. Desafortunadamente, ya lo dijo Harvey Dent (personaje de DC cĂłmics), en la adaptaciĂłn de Nolan: “se muere siendo un hĂ©roe o se vive lo suficiente para convertirse en el villano” (Batman: el caballero de la noche, 2008). Justo fue lo que sucediĂł con el hĂ©roe nacional, impuso un rĂ©gimen autoritario y restrictivo a los cubanos que parecieron salir de una esclavitud para sumergirse en otra. Se preguntarĂĄn Âżpara quĂ© la cĂĄtedra de historia? Bueno, primero porque la trova no tiene cabida ni sentido sin su contexto histĂłrico; la trova misma, si sabemos elegirla y escucharla, es la historia. Segundo porque Silvio RodrĂ­guez, comenzĂł su formaciĂłn dentro de esta guerra civil y cuando tuvo edad, apoyĂł como educador. Siempre ha considerado que la educaciĂłn es lo Ășnico que genera verdaderas revoluciones capaces de perdurar.

Silvio, que aĂșn era un niño cuando Cuba se libera de Estados Unidos y que creciĂł en las tempestades de los años que siguieron a esta emancipaciĂłn, se uniĂł en espĂ­ritu en cuanto pudo a Castro en la labor de independizar a Cuba. Le tocĂł ver a su hĂ©roe convertirse en el enemigo de la naciĂłn. AĂșn mĂĄs porque una parte de su formaciĂłn la llevĂł acabo en la AsociaciĂłn de JĂłvenes Rebeldes, creada por Ernesto el “Che Guevara” (1928-1967) quien habĂ­a sido, junto con Castro, libertador de la patria y a quien se creĂ© que el mismo gobernador tirano en conjunto con el EjĂ©rcito de Bolivia y la CIA, mandarĂ­a matar creyĂ©ndolo una amenaza.

Aunque Silvio naciĂł en una familia de cantantes que comenzĂł con sus abuelos maternos y se extendiĂł hasta su madre y tĂ­os, fue Ă©l quien encontrĂł en la mĂșsica una forma de resistencia pasivo-activa que lo orillĂł a inclinarse por la Nueva Trova. GĂ©nero que destacaba por su incesante crĂ­tica al gobierno opresor de Castro. A diferencia de otros gĂ©neros como el rock y el reggae, la Nueva Trova destacaba por la preparaciĂłn literaria y filosĂłfica de sus exponentes quienes, en el caso de los cubanos, encontraron la forma de ocultar sus ideas detrĂĄs de metĂĄforas perfectamente elaboradas, fueron capaces de verter sus realidades en alegĂłricas letras que cantaban al son de una sencilla composiciĂłn en guitarra, pero con un discurso que por sĂ­ mismo trataba de derrocar a un dictador.

Si muchos de ustedes se preguntaron, al calor de la maza, de ojalĂĄ o quiĂ©n fuera, por quĂ© de momento el romanticismo se rompĂ­a para dar pie a alguna frase que no podemos comprender muy bien y que pareciera no tener sentido con el resto de la letra, he aquĂ­ la explicaciĂłn. Durante los peores años de la dictadura de Castro, miles de cubanos que fueron llamados “balseros” se lanzaban a mar abierto en precarias embarcaciones, tratando de llegar a costas extranjeras. Muchos murieron en el intento y los que lograron sobrevivir, murieron si volver a ver la tierra que los vio nacer y la familia que dejaron atrĂĄs. Castro les prohibĂ­a el regreso y los declaraba traidores, de volver, los matarĂ­an o pasarĂ­an el resto de sus dĂ­as en prisiones cubanas. Celia Cruz fue el caso mĂĄs conocido, jurĂł no regresar a Cuba en tanto Castro siguiera vivo. RegresĂł en 1990 para una presentaciĂłn musical y siendo la artista que todos conocemos. Al salir de Cuba se llevĂł consigo un puño de tierra para que la enterraran con ella; su Ășltimo deseo fue cumplido puesto que Castro muriĂł hasta 2008.

Silvio y otros artistas encontraron la forma de expresar su repudio al gobierno sin tener que abandonar su vida y ademĂĄs poder viajar libremente por el mundo. Al parecer Castro veĂ­a con buenos ojos que la Nueva Trova dedicara sus versos a la revoluciĂłn, quizĂĄs jamĂĄs se dio cuenta que Ă©l era el enemigo de esa nueva revoluciĂłn o tal vez sĂ­ lo sabĂ­a y ese gesto fue el Ășltimo ĂĄpice de valentĂ­a y honor que tuvo.

Hasta el día hoy Silvio sigue escribiendo, Cuba tiene al predecesor que el mismo Castro designó y, aunque la situación el país caribeño ha mejorado, aun se conserva el comunismo como sistema político y existen grandes consecuencias y despojos de lo que fuera el dictatorial gobierno de Fidel Castro.

Silvio RodrĂ­guez
Silvio RodrĂ­guez en 1969, a bordo del motopesquero Playa GirĂłn.

Claramente es imposible hablar de Silvio sin detenernos en algunas particularidades de su prosa. Silvio es de los poco cantantes que tiene el valor de usar términos poco conocidos, algo que se ha convertido en uno de sus sellos personales. ¿En qué otro lugar han escuchado palabras como batiscafo, testaferro parnaso? Las letras de Silvio responden a un amplio conocimiento y manejo del lenguaje, que se ve relejado en sus pulcrísimas metåforas y alegoría. Inevitablemente terminan por formar frases increíblemente poderosas como las que encontramos en su tan conocida y romantizada canción Ojalå, de la que muchos afirman escribió para Castro, lo cual tiene sentido en líneas cómo:

“OjalĂĄ que la tierra no te bese los pasos” que bien podrĂ­a hacer referencia a las alabanzas a las que algĂșn dĂ­a el gobernador se hizo acreedor y despuĂ©s sĂłlo se ofrendaban para no terminar muerto o encerrado.

“Ojalá se te acabe la mirada constante, la palabra precisa, la sonrisa perfecta” esta línea esta dedicada a dar cuenta de la educación y la habilidad que el mandatario poseía y utilizaba como herramientas para convencer a las personas.

Esta canción es poema a la renuncia. Silvio se sabe impotente ante el poder de Castro: “Ojalá por lo menos que me lleve la muerte”; “ojalá que no pueda tocarte ni en canciones”.

Aunque finalmente todavĂ­a queda esa esperanza que la muerte ofrece: “ojalĂĄ que tu nombre se le olvide a esa voz”; “ojalĂĄ las paredes no retengan tu ruido de camino cansado”. Desafortunadamente esto no ha sucedido ya que otro Castro estĂĄ en el poder, pero, como dicen por ahĂ­, no hay mal que dure cien años.

La maza, es un verdadero himno a sus creencias (Si no creyera en la locura) y a la inutilidad de una vida sin ideales (un servidor de pasado en copa nueva), de un cuerpo sin mente y sin razĂłn: “quĂ© cosa fuera la maza sin cantera”. Con esta canciĂłn ejemplifica de una forma sin igual lo declarado Nietzsche en El ocaso de los Ă­dolos o cĂłmo se filosofa a martillazos (1889). Sin lugar a duda, en La maza y en quien fuera realiza un despliegue de todo su bagaje cultural que termina por decantar en lo poĂ©tico al estilo lĂ­rico griego.

Y quĂ© decir de su manera de expresar angustias generacionales y polĂ­ticas como las que expresa en La era estĂĄ pariendo un corazĂłn, Pequeña serenata diurna, Debo partirme en dos o Sueño con serpientes. Tiene una sensibilidad que sĂłlo su pasado puede ofrecerle para darle una nueva perspectiva a la vida y vaciarla en una canciĂłn tan hermosa como La vida. Por Ășltimo, no quiero extenderme mĂĄs de lo necesario, es para mĂ­ menester hablar de El necio, que es la viva imagen del revolucionario, del que no se da por vencido, de aquel que ha sido forjado en el sufrimiento y no necesita mĂĄs consuelo que saber que siempre ha sido fiel a sus ideas. Esta canciĂłn, a mi parecer es tema para un ensayo aparte, pero no podĂ­amos terminar este recorrido sin mencionarla y sin desear ser un poco mĂĄs necios en este tiempo.

Creo que finalmente es necesario hacer hincapié en que la próxima vez que pensemos en dedicar una canción de este maestro de las letras, habría que asomarnos a eso que nos dice entre líneas, entre versos, entre notas, entre nostalgias.

ÂżCuĂĄl es tu favorita?

Por Paola Licea

Soy amante de las letras y de los pensamientos. Licenciada en APOU Candidata a Mtra. En Humanidades

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