La Habana, Cuba (CNN) — El letrero en la puerta estaba escrito a mano y las luces se apagaron para ahorrar electricidad, pero dentro de la clĂnica los mĂ©dicos cubanos estaban aplicando lo que dicen es una vacuna de vanguardia contra el coronavirus.
A pesar del empeoramiento de la economĂa y el aumento de las sanciones estadounidenses, la isla dirigida por comunistas ha logrado una hazaña que ningĂºn otro paĂs latinoamericano puede pretender hasta la fecha: el desarrollo de cinco candidatas a la vacuna de covid-19, dos de las cuales se encuentran en ensayos de fase tres, la Ăºltima.
Mientras siguen aumentando el nĂºmero de casos de coronavirus en la isla, se pondrĂ¡n a prueba sus candidatas a vacunas y las aspiraciones de la isla de ser una potencia biomĂ©dica. El miĂ©rcoles, Cuba alcanzĂ³ un nuevo rĂ©cord sombrĂo en infecciones por covid-19: 1.051 nuevos casos diagnosticados en 24 horas.
En marzo, funcionarios cubanos anunciaron que estaban ampliando los ensayos de vacunas que ya se estaban realizando para incluir a cientos de miles de personas mĂ¡s. Los primeros en las pruebas ampliadas son 150.000 trabajadores de primera lĂnea, incluida Ida MartĂnez HernĂ¡ndez, una dentista que al principio de la pandemia fue enviada por el Gobierno para ayudar a combatir la propagaciĂ³n del virus.
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«Hemos estado trabajando todo este tiempo. En pruebas, en el aeropuerto, en centros de aislamiento. Somos personas de alto riesgo, esto nos darĂ¡ mĂ¡s protecciĂ³n», dijo MartĂnez a CNN al recibir su primera dosis de la vacuna cubana Soberana-02.
En tiempos de crisis, el gobierno cubano a menudo ha organizado a su gente para que lleve a cabo empresas aparentemente quijotescas, desde intentar cortar una cosecha rĂ©cord de caña de azĂºcar hasta manifestaciones masivas exigiendo el regreso de ElĂan GonzĂ¡lez.
Ahora, al mismo tiempo que Cuba sufre escasez de alimentos y medicinas bĂ¡sicas, el gobierno de la isla ha puesto la mira en desarrollar el tipo de vacunas sofisticadas de covid-19 que no han logrado otros paĂses mucho mĂ¡s ricos.

Trabajadores de salud de primera lĂnea en La Habana recibieron el miĂ©rcoles su primera dosis de la vacuna Soberana-02 contra el covid-19.
Si bien los resultados de las pruebas finales para las dos vacunas mĂ¡s avanzadas no se esperan hasta dentro de algunos meses, muchos en la isla ya estĂ¡n celebrando de forma temprana. Un video hĂ¡bilmente producido y tuiteado por el presidente de Cuba, Miguel DĂaz-Canel, proclama que los cubanos estaban produciendo «mĂ¡s que una vacuna, un paĂs».
El dĂºo musical cubano superestrella Buena Fe escribiĂ³ una canciĂ³n sobre las vacunas, canturreando que los medicamentos eran como «el valiente David enfrentĂ¡ndose al matĂ³n Goliat».
Dejando a un lado los golpes de pecho y la polĂtica, algunos investigadores dicen que el enfoque de Cuba de fabricar sus propias vacunas que podrĂan llegar a los brazos de todos los cubanos y de millones de personas en toda la regiĂ³n es muy necesario en este momento.
«AmĂ©rica Latina lamentablemente carece de algo de este ecosistema de autosuficiencia y Cuba es ideal porque tienen su propia capacidad de producciĂ³n y ademĂ¡s son muy reconocidos y tienen una buena reputaciĂ³n», dijo la Dra. MarĂa Elena Bottazzi, decana asociada de la Escuela Nacional de Medicina Tropical del Baylor College of Medicine en Houston.
Aislada durante mucho tiempo de gran parte del resto del mundo, Cuba, durante dĂ©cadas, ha fabricado muchas de las medicinas que la isla necesita y exporta cada vez mĂ¡s vacunas de fabricaciĂ³n cubana al exterior. Cuando golpeĂ³ la pandemia, Cuba era uno de los pocos paĂses en desarrollo que estaba bien posicionado para producir sus propias vacunas.
Otros paĂses, particularmente aquellos que no pueden pagar la vacuna –o por razones polĂticas no quieren aceptar vacunas de paĂses occidentales– esperan que las vacunas baratas y fĂ¡ciles de almacenar prometidas por Cuba puedan compensar la diferencia.
IrĂ¡n, donde el lĂder supremo, Ayatollah Ali Khamanei, prohibiĂ³ el uso de vacunas estadounidenses y britĂ¡nicas, estĂ¡ realizando actualmente ensayos a gran escala con 100.000 dosis de Soberana-02 y podrĂa comenzar a producir las vacunas cubanas en la RepĂºblica IslĂ¡mica.
En marzo, Cuba anunciĂ³ que enviarĂa 30.000 dosis de las vacunas candidatas Soberana-02 y Abdala a su aliado socialista Venezuela y que cientĂficos cubanos y chinos desarrollarĂan conjuntamente una nueva vacuna contra las variantes emergentes del coronavirus.
Cuba ha apostado toda su respuesta a la pandemia a hacer sus propias vacunas y ahora la isla estĂ¡ duplicando esa apuesta al expandir enormemente las pruebas de esos medicamentos.

Trabajadores de la salud esperan una dosis de la vacuna Soberana-02 en La Habana, el 24 de marzo.
En marzo, funcionarios cubanos dijeron que ensayos mĂ¡s amplios incluirĂan a toda la poblaciĂ³n adulta de La Habana, casi dos millones de personas, y el epicentro del virus en la isla. Para agosto, la mitad de la poblaciĂ³n de la isla, unos seis millones, recibirĂa las vacunas, dijeron las autoridades.
Pero avanzar tan rĂ¡pido hacia la vacunaciĂ³n masiva es una estrategia arriesgada que podrĂa ser contraproducente si las candidatas a vacuna resultan menos efectivas de lo que predijeron los cientĂficos cubanos. Si bien las pruebas anteriores demostraron la seguridad de las vacunas, los investigadores cubanos aĂºn tienen que determinar exactamente cuĂ¡n bien funcionarĂ¡n las vacunas.
«Las vacunas cubanas ni siquiera han completado el plan de vacunaciĂ³n para voluntarios en la fase tres y desconocemos su eficacia», escribiĂ³ en una publicaciĂ³n de Facebook AmĂlcar PĂ©rez Riverol, ex profesor de MicrobiologĂa y VirologĂa de la Universidad de La Habana, quien sigue de cerca los esfuerzos de Cuba en materia de vacunas.
Pero en una clĂnica de La Habana, donde los mĂ©dicos y enfermeras aplican alrededor de 100 dosis de Soberana-02 a los trabajadores de primera lĂnea cada dĂa, dijeron que no habĂan observado efectos secundarios graves durante los ensayos ampliados y estaban seguros de que el aumento de la vacunaciĂ³n ayudarĂa a cambiar el rumbo de la pandemia en la isla.
«Todos estamos convencidos», dijo la enfermera Norma Olivares, «la vacuna funciona y da inmunidad».