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HOSPITAL INCURABLE / ADRIÁN LOBO

Aunque tenía claros algunos conceptos por haberme encontrado información al respecto en el H.G.D.A.V. quise profundizar un poco más por resultarme tan interesante el tema de la donación de sangre y así encontré el sitio blooders.org donde han publicado los siguientes datos que ahora comparto:

  • De acuerdo al último reporte de la Organización Panamericana de la Salud, México ocupa el último lugar en donación altruista de América Latina.
  • Con una sola donación de sangre puedes impactar la vida de 3 personas ya que tu sangre se separa en glóbulos rojos, plaquetas y plasma.
  • Cada dos segundos, alguien en algún lugar necesita sangre. 

Otra información que me alienta a ser donador altruista registrado, verificado y por supuesto recurrente es la que aparece en la página web de The Who. Pero no hablo del grupo de rock, sino de la World Health Organización (Organización Mundial de la Salud, la O.M.S. http://www.who.int) que también “rockea”, cómo no. En donde, en la sección de preguntas frecuentes sobre la donación de sangre, dice:

“He aquí algunos ejemplos de personas que precisan transfusiones:

  • Las mujeres con complicaciones obstétricas (embarazos ectópicos, hemorragias antes, durante o después del parto, etc.);
  • Los niños con anemia grave, a menudo causada por el paludismo o la malnutrición;
  • Las personas con traumatismos graves provocados por las catástrofes naturales y las causadas por el hombre; y
  • Muchos pacientes que se someten a intervenciones quirúrgicas y médicas complejas, y enfermos de cáncer.”

Así es que no se trata de cualquier cosa, ¿eh? En otra página del mismo sitio se dice además: 

“La única forma de garantizar el suministro de sangre segura es la donación periódica por voluntarios no remunerados. 

Sólo se puede asegurar un suministro suficiente de sangre no contaminada mediante la donación regular por voluntarios no remunerados, que son los que tienen la menor prevalencia de infecciones transmisibles por la sangre. La O.M.S. insta a los países a elaborar sistemas nacionales de transfusiones basados en donantes voluntarios no remunerados y a trabajar para alcanzar la autosuficiencia en el suministro.”

Sin embargo, como todos, una transfusión sanguínea no es un tratamiento libre de riesgos, así es que la O.M.S. recomienda enfáticamente que, para tranquilidad de personas como Vicente Fernández, la sangre donada debe analizarse siempre, debe someterse en todos los casos a pruebas de detección del V.I.H, las hepatitis B y C y la sífilis. . ¡Pues claro, mi Chente! ¿Qué pensabas?

Por cierto que existe una modalidad en algunos países, y supongo que en algunos establecimientos privados en México, llamada “Donación autóloga” que no consiste en otra cosa sino en que, como su nombre lo indica, el paciente hace un guardadito de su propia sangre, antes de una operación, por ejemplo, para que le sea restituida en el momento que la requiera, esto es, que se trata de alguna clase de autotransfusión.

Desafortunadamente para Chente Fernández parece ser que el mismo procedimiento no es aplicable para el hígado (ese no va a “Volver, volver, vooooolveeeeeerrrrr”).

Curiosamente, un procedimiento basado en la donación autóloga o autotransfusión fue utilizado por el  infame heptacampeón de la Tour de France, la vuelta ciclística más famosa y exigente del mundo, en lo que se conoce ahora como el caso de dopaje más sofisticado de la historia.

La O.M.S. también resalta que:

“A menudo se prescriben transfusiones sanguíneas a pesar de la existencia de tratamientos alternativos simples y seguros que pueden resultar igual de eficaces. En consecuencia, esas transfusiones pueden ser innecesarias y exponen a los pacientes a un riesgo innecesario de infecciones, como V.I.H. y hepatitis, y reacciones transfusionales graves.”

Aunque en la versión en español del sitio web de la Cruz Roja para Estados Unidos dice en su sección de preguntas frecuentes sobre el tema:

“¿Existen sustitutos para la sangre?

No, actualmente no hay sustitutos para la sangre. Sin embargo, continuamente se está investigando para identificar nuevas alternativas a la transfusión de sangre. La Cruz Roja sigue activamente las investigaciones para la sustitución de sangre y trabaja de cerca con otras organizaciones para desarrollar nuevas alternativas para la transfusión.”

¿Y a todo esto qué es la sangre? Pues se considera ni más ni menos que un tejido que está formado por una parte líquida (55%), el plasma, que está compuesto por agua, sales y proteínas y una parte sólida (45%) que son glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas. Su principal función es el transporte de gases; el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos y el dióxido de carbono a la inversa, de los tejidos hacia los pulmones, por medio de los glóbulos rojos.

Los glóbulos blancos son parte del sistema inmunitario y se encargan de combatir infecciones y las plaquetas son las responsables de la coagulación de la sangre cuando se produce una herida. Todas estas células se producen en la médula ósea. Pero no solamente eso, la sangre también distribuye a todas las células del organismo los nutrientes absorbidos en el aparato digestivo y moviliza los desperdicios que se generan a los riñones y el hígado que se encargan de procesarlos.

Dependiendo de edad, sexo, peso y talla una persona adulta puede tener entre 4 y 6 litros de sangre equivalente a alrededor del 7% de su peso corporal. La sangre ayuda además a regular la temperatura corporal.

Algunas personas consideran la donación de sangre como un acto heroico, pero si hablamos de hazañas, de proezas, entendiendo que muchas veces rozan el delirio, el acto más extremo de donación de sangre lo realizó (tanto el procedimiento mismo como la donación en sí) un médico español durante la Guerra de Vietnam.

Franco fue “invitado” por el gobierno estadounidense, por medio del presidente Johnson a “colaborar” en la invasión de Vietnam, sin embargo para sorpresa de muchos el dictador tenía una visión muy acertada del panorama, el desarrollo del conflicto y su desenlace, que expresó en una carta que envió a los EEUU, sin embargo tampoco podía negarse, de modo que resolvió participar mediante el envío de asistencia médica al frente.

Los médicos militares españoles voluntarios (aunque algunos no tanto) llegaron a ser tan respetados que el Vietcong se cuidaba de atacar sus instalaciones, un pequeño hospital en una zona llamada Go Gong, sobre todo porque aquellos no distinguían si el paciente era norteamericano o vietnamita a la hora de dar atención y lo mismo atendían a civiles que a militares, ya fuese de un padecimiento común o heridas de guerra.

 El asunto, finalmente, ocurrió más o menos así: atendiendo de emergencia a una paciente se determinó que era necesaria una transfusión sanguínea. Debido a la situación era prácticamente imposible realizarla siguiendo los protocolos establecidos ante lo cual, y supongo que visto que las condiciones eran favorables, el médico que practicaba la cirugía pinchó su propio brazo y canalizó (nunca mejor dicho) la sangre así obtenida a la receptora.

Del hecho dio fe un militar estadounidense, ya que los medios españoles apenas y se ocuparon de la odisea española en Vietnam, que concluyó con condecoraciones a los médicos españoles por parte de ambos ejércitos, misma que narra José Luis Rodríguez (el historiador español, no el cantante venezolano) en su libro que lleva el larguísimo título de: Salvando vidas en el delta del Mekong: la primera misión en el exterior de la sanidad militar española: Vietnam del sur, 1966-1971.

Adrián Lobo.

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