POR: Angélica Cardona
MAYO 20, 2013
“Me muero por conocerte saber qué es lo que piensas
abrir todas tus puertas y vencer esas tormentas
que nos quieran abatir centrar en tus ojos mi mirada
cantar contigo al alba ……”
Creo que por lo menos una vez en nuestras vidas todo el mundo ha sentido esa urgencia, esa desesperación, esa emoción de querer saber más de alguien, de querer verle, de querer hablarle, de querer estar cerca. Y esa energía, esa ilusión nos mantiene bien alertas, con esperanza, con expectativas. Y de pronto todo es claro, más claro, y hacemos planes, sentimos que lo podemos todo, sonreímos, percibimos, vibramos….vivimos. Esa emoción nos absorbe, no hay otro pensamiento, no tenemos tiempo para tenerlo, ni siquiera lo queremos. Su nombre llena nuestra boca. Su cara llena nuestra mente.
Cualquier problema nos parece poco, es más, no hay problemas . No nos cansamos, tenemos sueños, tenemos metas. Esa persona es el sol. Nos ilumina, nos calienta, nos alienta. ¡Que maravilla despertar de nuevo! Sé que va a estar ahí, sé que me va a hablar, sé que va a pasar por aquí. Y eso me bastará, eso me dará alas, me hará hacer planes para volverle a encontrar, para que por pura casualidad, por supuesto, esté cerca de mi en clase, en el trabajo, o en cualquier fila.
¡Qué dicha! ¡Qué gusto! ¡Qué suerte!
Hasta que un momento, un día…sin darnos cuenta…por más de que lo hayamos estado postergando…llega el miedo…y no queremos, no lo queremos…no queremos sufrir…
“……besarnos hasta desgastarnos nuestros labios
y ver en tu rostro cada día crecer esa semilla
dejar todo surgir aparcando el miedo a sufrir.”
Sin miedo a nada. Alex Ubago.
@angelicalocutora
Locutora y fan de la música.